¿Qué es la resiliencia energética?
Hoy en día, la resiliencia energética es más importante que nunca, pues la electricidad es crucial para casi todos los sectores de la economía y la forma de vida moderna.
Por ello, es fundamental garantizar que un negocio cuente con un suministro confiable de energía y medidas de contingencia en caso de una falla, esto para mantener las operaciones y reducir el riesgo comercial.
A continuación, definimos la resiliencia energética en las empresas, su panorama, su funcionalidad y cómo adoptar un enfoque basado en esta estrategia para un negocio.
Concepto
La resiliencia energética es una estrategia diseñada para garantizar un suministro de energía estable y confiable, así como para diseñar un plan de emergencia para hacer frente a eventos como clima extremo, desastres naturales, fallas en los equipos o errores humanos.
La resiliencia energética puede ser un factor crítico para el negocio, especialmente cuando la vida de las personas está en juego.
Este concepto va más allá de tener un plan en caso de emergencia, ya que una estrategia en este sentido, que implique el autoconsumo a partir de fuentes de energía renovables, podría ayudar a las empresas a alcanzar también objetivos de sostenibilidad y contribuir a la lucha contra el calentamiento global.
Panorama
La sociedad moderna se construyó sobre una base de energía abundante y asequible suministrada por la red, generada principalmente a partir de combustibles fósiles. Dicha base está cambiando de manera compleja, además de que se ha comprobado que no es ilimitada.
La antigüedad de la infraestructura y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos hacen que el suministro sea más vulnerable. Las políticas centradas en la descarbonización están obligando a una transición hacia las energías renovables.
La naturaleza intermitente de estas fuentes está generando una mayor necesidad de almacenamiento. Los sistemas distribuidos están agregando complejidad a un sistema previamente centralizado, desdibujando la línea entre los usuarios finales y los operadores de la red.
El espectro de eventos que desafían la resiliencia también está cambiando. Esta también puede proteger a las empresas contra la volatilidad de los precios y las fluctuaciones en el suministro debido a eventos geopolíticos como guerras o escasez de energía.
La mayor dependencia de la digitalización introduce nuevos riesgos de eventos involuntarios o intencionales, como un ataque cibernético. A medida que los límites entre la energía, la movilidad, el agua y la digitalización están más entrelazados, los cambios pueden tener efectos inesperados en muchos sectores de la sociedad.
¿Por qué es importante?
La resiliencia energética suele ser definida como «la capacidad de anticipar, adaptarse y recuperarse de incidentes disruptivos». Y entonces, ¿qué pasa con ella y por qué es tan importante actualmente?
Cada año la demanda de electricidad en el mundo crece de forma desproporcional; en 2021, el consumo en un país como Estados Unidos fue 13 veces mayor que en 1950. Y el consumo seguirá aumentando, tanto que ya se observa en sectores como transporte y calefacción.
Las redes eléctricas de los países desarrollados han evolucionado durante más de un siglo, pero ni estas ni la infraestructura —que se deteriora rápidamente— fueron diseñadas para la variabilidad y la intermitencia de la energía renovable, ni para acomodar el tipo de comunicaciones bidireccionales requeridas para los recursos de energía distribuida.
Con tal dependencia eléctrica, es importante que la energía sea confiable y asequible. Pero este no es el caso aún; la industria debe lidiar cada vez más con cortes ocasionados por un clima extremo y con los costos, que aumentan cada vez más debido a restricciones de emisiones emergentes y mejoras en la infraestructura.
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Por tal razón, resulta vital desarrollar estrategias de resiliencia energética que no solo protejan las operaciones de las interrupciones del suministro de la red, sino que también nos resguarden de los riesgos normativos y de mercado.
Además, el cambio climático subraya la necesidad de electricidad limpia y ejerce una presión adicional sobre la red, aumentado el consumo de energía durante el calor extremo o en los períodos invernales. Esto trae consigo apagones y pone en riesgo la continuidad del servicio.
Teniendo estos factores en mente, es importante evaluar las necesidades de resiliencia energética en nuestra empresa, para determinar el mejor plan y aplicarlo de manera óptima.
¿Qué relación tiene con la eficiencia energética?
Tomar medidas para mitigar riesgos financieros relacionados con el uso de combustibles fósiles, como hacer que las instalaciones y operaciones de una empresa sean más eficientes energéticamente o introducir energías renovables, es una estrategia relacionada con la resiliencia energética.
Esta es también la razón por la que la resiliencia empresarial y la sostenibilidad están tan estrechamente entrelazadas: las empresas deben adaptarse al mercado cambiante para poder sobrevivir. Esta adaptación debe incluir la transición hacia energías limpias y procesos de producción sostenibles.
¿Cómo adoptar este enfoque?
El primer paso implica identificar equipos y procesos críticos, y luego evaluar los riesgos dentro de la empresa. Los siguientes pasos implican construirla donde sea posible.
Esto puede variar ampliamente según la industria, pero reducir la dependencia de la red o generar energía en el sitio son opciones. Dependiendo del costo previsto de pérdida de energía, se pueden tomar decisiones financieras sobre lo que se necesita invertir.
Por último, es necesario poner en marcha un plan y asegurarse de estar capacitado para ejecutarlo en caso de que suceda lo peor. En conclusión, es difícil sobreestimar la importancia de la resiliencia energética, pero al lograse, se pueden reducir las amenazas, evitar interrupciones y mantenerse por delante de la competencia.
Referencias: Centrica
Enel
The Resilience Shift
Enel X
